Las mieles de tomillos tienen dos grupos de colores, unas, las de primavera, son de tonalidades ámbar claro, otras, las de primavera más tardía o verano, suelen ser de color ámbar, a veces con ligeras tonalidades rojizas.
Su aroma es muy característico, sobre una base floral destaca un componente fenólico muy marcado y característico, muy intenso y persistente. El gusto es dulce con claras notas ácidas, a veces muy persistentes. Puede tener ligeras notas saladas.
Su tendencia a la cristalización es escasa.
Es una de las mieles más demandadas en los últimos años por sus grandes propiedades medicinales.